Chaihuín es una localidad rural que, aunque apenas aparece en el mapa, se encuentra a tan sólo 25 kilómetros de Bahía de Corral en la X Región; y a la que se considera como uno de los atractivos naturales más vírgenes de Chile, ya que son pocos los que conocen este paraíso, incluyendo a los habitantes de la región.
Kilómetros de playas solitarias, un río de aguas cristalinas y cientos de hectáreas de vírgenes bosques conforman este paisaje cordillerano que parece sacado de algún precioso sueño.
Los escasos visitantes que llegan a este paraíso de tranquilidad, pueden gozar de una gran bendición: extraer con sus propias manos algunos de las ricos productos del mar que abundan en las costas. Quien arriba a este lugar puede hacer las veces de “experto mariscador”, adentrándose un par de metros en la playa y conseguir algunas sabrosas machas que brinda el generoso océano Pacífico.
Y qué decir de las alternativas con las que cuentan los profesionales de la pesca, ya que éstos pueden practicar su pasión directamente desde la playa o bien en la desembocadura del río Chaihuín, zona en la que, de seguro, los aventureros se sorprenderán con las truchas de río o los exquisitos salmones.
La abundante presencia de toninas es otro atractivo propio del lugar, ya que esta especie de delfines suele llegar en grupos a la costa, impresionando con su hermosura y piruetas.
Por tratarse de un lugar bastante desconocido, aún no cuenta con las comodidades que entregan hoteles, hostales u hospedajes. Tan sólo tiene un par de campings, que permiten un contacto aun más estrecho con la naturaleza y que cuentan con el equipamiento básico para instalarse, como baño y ducha, por ejemplo.
La Ruta al Paraíso
Antes de que se construyeran los tres puentes que comunican en la actualidad con Chaihuín, sus visitantes debían cruzar tres ríos antes de llegar al sector, por lo que dependían exclusivamente de la buena voluntad de algún lugareño que, provisto de un bote, tuviera la gentileza de servir de medio de transporte a los veraneantes.
Pero esas son historias del pasado, puesto que ahora el acceso a la localidad es bastante más expedito. De la sureña ciudad de Valdivia, debes tomar rumbo a la Bahía de Corral, un pintoresco pueblito que fue abierto al mundo un 22 de Septiembre de 1544 por don Juan Bautista Pastene y que, actualmente, cuenta con 5725 habitantes, 844 kilómetros cuadrados de extensión y una geografía determinada por la presencia de la Cordillera de la Costa o Mahuidancahe, donde desembocan aguas de numerosos ríos, esteros y arroyos.
Para llegar a Bahía Corral tienes dos alternativas. Puedes hacerlo por tierra, por la ruta T450, trayecto que cuenta con hermosos paisajes, pero que se encuentra en mal estado. La otra posibilidad es por mar, en una lancha si viajas a pie o por trasbordador si decides hacer la travesía en auto.
Los precios para cruzar dependen del medio en el que lo hagas. Si eliges trasbordador, el costo es de $4.500 pesos por vehículo, mientras que en la lancha el precio es de tan sólo $500 pesos por persona.
Una vez que te encuentras en la bahía sólo tienes que seguir el camino costero, disfrutando de los paisajes y conociendo las fortificaciones que dejaron los conquistadores Españoles. Emplazamientos conocidos como “Castillo de Corral” y diversos monumentos históricos que aún permanecen erguidos en la orilla de la ruta.
Luego de esta pequeña travesía, disfruta y empápate de toda la tranquilidad y belleza que te ofrece Chaihuín, paraje incomparable, con todo un encanto natural que espera ser conquistado.