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5 Razones Para Visitar el Archipiélago Juan Fernández

Enero 15, 2020



Para la inmensa mayoría, Chile Insular es sinónimo de Rapa Nui. Pocos chilenos, por no hablar de los turistas, tienen presente este otro maravilloso archipiélago a 670 kilómetros de las costas de Valparaíso. Como cualquier joya virgen, estas 3 islas agrestes de origen volcánico esconden muchos atractivos que sólo descubrirán los pocos que se espabilen para llegar a este lugar totalmente aislado del mundo. La recompensa bien vale el esfuerzo.

Archipiélago: 3 islas principales, Robinson Crusoe (48 km²), Alejandro Selkirk (49 km²), Santa Clara (2 km²)
Clima: Lluvioso y húmedo, con un promedio de temperatura media de 15 °C. Entre octubre y febrero es la mejor época para visitarlas.
Cómo llegar:
· Por vía aérea – líneas LASSA y ATA, vuelos semanales de 2’5 horas desde Santiago. Salidas desde el aeródromo de Tobalaba (La Reina).
· Por vía marítima – Buque de la Armada desde Valparaíso en diciembre y febrero y ocasionalmente el resto del año. Duración del trayecto entre 1 y 2 días de navegación.
Mayor pueblo: San Juan Bautista (y prácticamente el único).
Punto más alto: Los Inocentes, 1.650 metros.

1. Historia Extraordinaria


Tan apasionante como desconocida. Las islas fueron descubiertas de pura casualidad por el marino español Juan Fernández hacia el 1563 cuando buscaba una ruta alternativa para evitar la corriente de Humbold, siempre más fuerte cerca de la costa. No debió dar demasiado valor a su descubrimiento a juzgar por el nombre que les puso a las dos islas principales: Más a Tierra y Más Afuera. El archipiélago fue usado en los siglos XVII y XVIII como guarida de piratas y corsarios y se dice que escondieron un tesoro de 600 barriles de monedas de oro… ¿Quieres más emoción? Si en 1966 se cambió el nombre de las islas fue porque un náufrago escocés, Alejandro Selkirk, acabó sobreviviendo en solitario en esta isla remota entre 1704-1709. Su vivencia fue lo que inspiró la novela Robinson Crusoe de Daniel Dafoe y hoy aún se puede visitar la cueva donde vivió Selkirk antes de su rescate. Tierras olvidadas, piratas, tesoros y náufragos; una historia propia de la literatura.

2. Naturaleza Virgen


Prácticamente todo el archipiélago es un gran Parque Nacional que abarca las tres islas principales e islotes menores. Su riqueza natural ha sido reconocida internacionalmente ya que es Reserva de la Biosfera de la Unesco. Todo apunta a que en este rincón del planeta la naturaleza siguió un curso distinto. Tiene una flora con un índice del 64% de endemismo (sólo crecen allá), uno de los más altos del mundo. Y su fauna también es única, especies como el lobo marino Juan Fernández (el único mamífero endémico) o el picaflor Juan Fernández (fotografía) también son únicos de estas islas. Aunque los fondos marinos de Chile no acostumbran a ser ricos en arrecifes y corales, aquí los paisajes submarinos son ricos en colores y diversidad, lo que supone una buena oportunidad para los submarinistas.

3. Trekking


La isla, salvaje e indómita, está repleta de pequeños senderos que harán las delicias de los amantes del trekking. El Parque Nacional posee las rutas más hermosas y exuberantes de la isla. Miradores que cortan la respiración, grandes acantilados, cimas puntiagudas, playas y bahías hermosas… Todo esto esconde su morfología abrupta y verde. Desde el pueblo de San Juan Bautista salen rutas interesantes de corta duración (hasta 2’5 kms), siendo la del Mirador Selkirk y la del Cerro Centinela las más atractivas. Quien quiera retos de más nivel, puede alcanzar Punta de Isla (15 kms) o el Puerto Francés (11 kms), todo entre un paisaje muy distinto al del continente que te hará disfrutar a otro nivel.

4. Gastronomía


La principal actividad de los isleños es la pesca de langosta. Y, adivina, esto se traduce directamente en los platos locales. La langosta se prepara de múltiples formas como la “Media langosta al plato” o el “perol”, una cazuela de langosta. Otros frutos del mar están muy presentes en la gastronomía como el cangrejo dorado de sabor suave y carne consistente, o pescados frescos como el mero, la vidriola o la breca. Si amas todas las delicias que ofrece el océano, amarás comer en Juan Fernández.

5. Aislamiento


Aunque Rapa Nui se encuentra geográficamente mucho más aislada, a 3.800 kilómetros de la costa, recibe una notable presión turística que alcanza las 87.000 personas al año, cifra a la que hay que sumar los 5.800 habitantes locales. En Juan Fernández viven 700 personas y los turistas llegan con cuenta gotas. Algo que brinda la posibilidad de explorar la isla de otra manera y sentirse mucho más alejado de todo y todos. Si buscas un destino distinto que aún no ha sido condicionado por el turismo de masas, la Isla Robinson Crusoe debe ser un destino a tener en cuenta. Y si quieres multiplicar la sensación de aislamiento hasta el máximo exponente puedes visitar la aún más montañosa Isla Alejandro Selkirk, a 181 kms. al oeste de Robinson Crusoe. Allí sólo hay una base estacional para poco más de 20 familias de pescadores y el viajero deberá acampar y traer sus provisiones. Si vas para a Selkirk te daré un único consejo: ¡asegúrate un viaje de vuelta para evitar quedarte realmente aislado como un náufrago!

Y por si aún no estás convencido, te dejamos un vídeo espectacular…