Hay un viejo dicho inglés que dice “When in Rome do as Romans do” (En Roma, haz como los romanos), cuyo equivalente en español sería “donde fueres haz lo que vieres”.
Así que hoy vamos a seguir el consejo y descubrir un lugar conocido por los locales, pero desconocido para los turistas, la Porta Alchemica, la Puerta Alquimia o la Puerta Mágica de Roma.
Llena de símbolos e inscripciones esta puerta situado en el Parque de la Piazza Vittorino, son los restos de una antigua villa. Un portal al latente y secreto mundo de la alquimia del s.XVII.
Fue construida a principios del 1600 por el marqués romano Massimiliano Palombara, un entusiasta iluminado, buscador de la ciencia de la alquimia.
Según la leyenda, un día Massimiliano Palombara conoció un alquimista que le dijo que estaba buscando ciertas hierbas para convertir los metales en oro. La mañana siguiente, este alquimista había desaparecido dejando un rastro de copos de oro y una servilleta con una fórmula indescifrable: la receta de la transformación de la materia.
Como el marqués no fue capaz de resolver el enigma escribió la fórmula en las paredes y las puertas de su villa con la esperanza de que alguien lo entendiese y llamase a su puerta.
De las cinco puertas que contaba la villa hoy tan sólo ha sobrevivido una, que llama la atención a cualquiera que por allí pasee. Los particulares dibujos de la Puerta Alquimia son dos triángulos entrelazados, sus vigilantes e inscripciones en latín. Invitan a soñar con grandes alquimistas con larga barba blanca, misteriosas sociedades de eruditos y secretos tan antiguos como la humanidad, pasados de generación en generación sin llegar a ser escritos jamás.
¿Quieres probar de descifrar el secreto de la piedra filosofal? ¿Quieres convertirte en un alquimisita? Vete de viaje a Roma e ¡intenta convertir los metales en oro! Ya me contarás el truco, si lo descubres .