Antes de la extinción de los dinosaurios ya existía el desierto de Namib, en Namibia. Uno de los más grandes, secos y áridos del mundo.
Uno de los lugares que más llaman la atención de este desierto, aparte de las importantes minas de diamantes y las enormes dunas (de las que hablaremos otro día) es el remoto Dead Vlei.
Dead Vlei, hace honor a su nombre: Vlei significa lago seco y se podría traducir como el Lago Seco Muerto.
Dead Vlei es fantasmagórico, un escenario de la Guerra de las Galaxias, un lugar en el que las fotos no representan ni una décima parte de la realidad. Una de las principales razones para visitar Namibia.
Se formó después de unas lluvias que hicieron inundar el río Tsauchab, creando pequeñas piscinas con abundante agua. El agua hizo que en la zona creciese la vegetación, pero el clima cambió y el área se secó. Las dunas invadieron la región y el Dead Vlei se convirtió en una calurosa y seca olla a presión, en la que casi no llueve nunca, registrando una de las temperaturas más altas del mundo.
Los árboles murieron pero dejaron sus esqueletos. Un cementerio de árboles que se conservan intactos desde hace 900 años.
La sequedad es tan extrema que los árboles no se pueden descomponer, se han quedado impasibles al paso del tiempo, adquiriendo poco a poco un color negruzco por el intenso sol que reciben. Parece que estén esperando a que vuelva a cambiar el clima para resucitar.
Impresionante ¿verdad? Dead Vlei es asombroso, cada foto es más increíble que la anterior. Una buena excusa para salir de la carretera marcada en tu próximo viaje al Sur de África.