Es la ciudad más poblada del sur de Italia, capital de la región de Campania y de la provincia de Nápoles. Esta ciudad tiene algo menos de 1 millón de habitantes pero uniéndolos a los de su área metropolitana, se elevan a 4,4 millones. ¡Más que la provincia de Barcelona!
Tiene una gran riqueza histórica, artística, cultural y gastronómica, lo que llevó a la UNESCO a declarar su centro histórico Patrimonio de la Humanidad. Griegos, romanos, normandos y españoles han dejado impresa su huella en la ciudad.
Es una ciudad muy visitada, no sólo como punto de destino, sino también como enlace hacia otros destinos cercanos como Pompeya, el Palacio Real de Caserta, las islas de Capri e Ischia o la Costa Amalfitana.
Muchos edificios históricos y emblemáticos como El Castel dell’Ovo en el islote de Megaride, donde presumiblemente desembarcaron los colonos griegos en el siglo VII a. C.
También está el castillo Maschio Angioino construído en la época de Carlos I de Anjou que tiene 5 torres y unas murallas muy gruesas donde el monarca albergaba su corte.
Tiene un atractivo singular, aroma a salsas y pizza por por las vías, con sus callejuelas hechas de adoquines en su mayoría, formando unos laberintos de calles cortas en la que las grandes familias italianas desarrollan su día a día y sus costumbres.
Encontrarás muchas bicis y motos de poca cilindrada tipo vespa. Aviso, su tránsito es infernal, por lo que es mejor que vayas a pasear caminando y bien atento porque conducen fatal, muchos se creen Valentino Rossi y la verdad, no… Valentino, sólo hay uno.
Fue allí donde Maradona esculpió del todo su nombre en Europa ganando ligas con el Napoli, algo insólito hasta su llegada. Una hazaña que añoran sus aficionados.
Si viajas a Italia, la capital campana del sur del país es un destino diferente, con un atractivo que describe al sur de Italia.
Tiene un encanto diferente que hay que verlo de cerca. No es Milano, ni Roma, ni Florencia, Nápoles es diferente y si no la conoces, hay algo que te estás perdiendo.