Cuando llegan los días de lluvia, de inmediato nuestra mente se transporta a ese escenario ideal en el que nos gustaría estar. En la mitad de un bosque, frente a una chimenea, tomando un rico chocolate caliente o simplemente leyendo ese libro que tenías pendiente. Por otro lado, hay lugares que tienen a la lluvia en su ADN y que conviven con ella casi a diario.
Este es el caso de Chiloé, lugar digno de un escenario de película, donde la naturaleza es el principal protagonista. Sus paisajes compuestos por casas de palafito y selva austral, son cosas que te robarán el aliento y que no podrás ver en ninguna otra parte del mundo.
Uno de los parques más llamativos del sector es el Parque Nacional Cucao, que destaca por sus frondosos bosques. Cuando lo recorras, te vas a topar con los lugareños, quienes te mostrarán el parque desde otra perspectiva para que te conectes con la isla.
Las actividades que se pueden hacer en los parques nacionales son muchas, desde alucinantes mañanas de trekking por las rutas del bosque, avistamiento de una gran cantidad de aves, hasta un extraordinario paseo en kayak por sus fiordos. Otro imperdible de este lugar, es perderte en sus senderos naturales, los que conectan con preciosas playas, como es Cole Cole.
Es verdad que el clima es un poco impredecible, pero si quieres vivir la experiencia completa de la Isla de Chiloé te recomendamos acampar, para pasar una noche escuchando las leyendas del sector, como las historias del Trauco o la Pincoya.
Otro imperdible de la isla es su gastronomía local. Te recomendamos visitar el restaurant Rucalaf Putemun, un lugar increíble donde la comida es de muy buen nivel, y probar su clásico pisco sour de murta. Otra opción es la cafetería Los Coihues, con vista al lago Huillinco.