Si bien en un principio era sólo una aldea mexicana, en los últimos años ha experimentado un crecimiento vertiginoso. Ha puesto una fuerte presencia de turistas en sus calles, tanto los que hacen un crucero por el Caribe como los visitantes que llegan a pasar el día desde Cancún. La joyería fina, las artesanías, la moda en las tiendas y sus altos precios son consecuencias de esto. Sin embargo, no es como en Cancún, la mayoría de sus visitantes son gente joven. Gran parte de lo que acontece diariamente, sucede en la paya donde el mar cristalino y turquesa contrasta aún más con la arena blanca.
No resulta difícil encontrar una habitación en Playa del Carmen, y además siempre se están construyendo hoteles nuevos. Los viajeros cuyos presupuestos sean ajustados, encontrarán la ciudad muy cara. Se aconsejan, para estos casos, los albergues.Playa del Carmen es un verdadero paraíso de restaurantes, tanto si el viajero desea una cena romántica a la luz de las velas como si se prefiere una comida mexicana económica. El tramo peatonal de la avenida 5 está flanqueado a ambos lados por mesas de establecimientos donde se puede comer todo tipo de plato (pastas, pizza, hamburguesas, comida francesa, o vegetariana).
Aunque quizá, los restaurantes más entrañables lo sean aquellos sobre la playa, donde se puede comer con los pies en la arena y degustar un pescado o un margarita bien helado.
Uno de los alicientes de la vida nocturna en Playa del Carmen es pasear por la arena hasta que caiga la noche, recorriendo los happy hours y escuchando toda clase de música, desde salsa y reggae, hasta los clásicos de los 60s. Las bebidas no son baratas si se paga todo, aunque es una manera excelente de hacer amigos.