Quizás la primera gran experiencia que demuestra la esencia de Rupanco es el viaje que se realiza en un bus desde Osorno al lago. Este se puede tomar en el terminal de la ciudad de la Región de Los Lagos. Allí conocerá el fenotipo de la gente de Rupanco, quienes viajan a la ciudad para abastecerse de cosas que no se pueden conseguir donde viven. Así como algunos jóvenes que viajan a diario tres horas ida y vuelta para educarse.
Pero si no se busca una aventura un poco cansadora, ya que el viaje es de aproximadamente 2 horas y media de camino de ripio, pueden hacerlo en su propio automóvil. Los lugares más visitados son Piedras Negras, El Islote y Gaviotas.
Para llegar a Piedras Negras y El Islote, desde Osorno, se debe tomar la salida hacia Puerto Octay. Luego se debe tomar la desviación señalizada hacia Rupanco. Desde este cruce, el camino es ripiado.
Piedras Negras es un pequeño sector a la rivera del lago en el que hay cabañas y accesos a la playa. La arena de este lago es ploma y fina. Aunque en algunos sectores tiene más piedras. Luego de este lugar, está el puente Río Bonito, donde además hay un mercadito. Allí podrá comprar verduras y otras comidas. Pero, como en toda esta zona, no siempre hay mucho abastecimiento. Por eso si va a acampar se recomienda ir con muchas provisiones.
El río Bonito, que desemboca en el lago, es un perfecto lugar para acampar, el que además tiene una gran playa arenosa. Quienes gozan de la pesca, aquí se puede practicar sin problemas.
Aproximadamente 15 minutos en automóvil, se encuentra El Islote, nNombre dado por una gran península que protege a dos playas de los vientos. Al llegar a este sector, la primera maravilla geográfica que se puede observar es el gran “Salto del Calzoncillo”, una cascada que impresiona por su altura y peculiar nombre. Según un mito de la zona, el nombre nació tras una historia de suicidio: un hombre quiso saltar desde la cima para quitarse la vida.
Tras días de búsqueda de su cuerpo, lo único que lograron encontrar de la persona fue su ropa interior. Una historia que, cierta o no, la gente del lugar le gusta contar para ver la impresión de los turistas.
En El Islote está además el Club de Pesca y Caza, un hotel que también ofrece un camping a la orilla del lago, junto con un muelle para quienes poseen embarcaciones.
Esta playa, frente al camping, tiene vista a dos cascadas, y gracias a su protección por dos puntillas, en verano pocas veces hay oleaje.
Una característica de Rupanco, importante de considerar antes de viajar, es que en verano es plagado por tábanos, insectos voladores que pican prácticamente todo cuerpo vivo para succionar sangre. No son venenosos ni mortales. Su picadura rara vez deja marcas. Pero su cantidad puede dejar loco hasta a un budista. Los lugareños han vivido siempre con esta plaga, por lo tanto es posible visitar el lugar y sobrevivir. Sin embargo, si no es muy amigo de los insectos, mejor visitar esta zona en Febrero.
En esta época, en El Islote, se realiza un festival llamado “La semana isloteña”. Generalmente es en la tercera semana del mes de febrero y su principal atractivo son las carreras a la chilena. Estas carreras son a caballo y el jinete debe, por regla, usar short y polera, además de montar el animal sin montura. Generalmente son dos competidores. Una experiencia única, la que va acompañada de empanadas y cerveza.
En el sector de Gaviotas, que se puede acceder en embarcación, la cual está frente al imperioso volcán Puntiagudo, también ofrecen un festival. Aquí se ofrece alojamiento y excursiones por los bosques sureños. La celebración consiste en un gran asado al palo, además de otras comidas caceras, junto con mucho vino y música para bailar.