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Viaja a Tromsø,la ciudad cosmopolita en el Ártico

Junio 19, 2016



Si te dicen que Tromsø, a 350km al norte del Círculo Polar Ártico, ve el último rayo de sol el 21 de noviembre y no vuelve a salir hasta el 21 de enero, que está a la misma latitud que Siberia y Alaska, lo primero que viene a la cabeza es una ciudad fría y oscura.

turismo Tromso

Lo que no te imaginas es que esta ciudad del norte de Noruega está llena de vida, sus paseos rebosan gente de todas partes del mundo, estudiantes, turistas, trabajadores y pescadores. Su cultura, su vida intelectual y nocturna hacen que recibiera el sobrenombre de París del Norte. Además, Tromsø embriaga a la vista.

Localizada en una isla plana, entre islotes, fiordos y montañas nevadas; las islas deshabitadas, las cabañas solitarias, los refugios de pescadores y el mar metiéndose por todas partes, iluminado por el sol naranja del ártico es difícil resistirse a subir al Monte Storsteinen en teleférico y disfrutar de las hermosas vistas.

Tromsø sorprende con su oferta: El centro experimental sobre las regiones polares Polaria, el Polarmuseum, el Tromsø-Museum, sobre la historia y la cultura del pueblo Sami, y la Catedral del Ártico, con la vidriera de mayor superficie de Europa. Además, cuenta con la Universidad, la fábrica de cerveza y la catedral más al norte de Europa.

Sus oscuros inviernos no hacen decaer a sus habitantes. Cuando el sol se esconde en noviembre, es muy fácil contemplar la mágica Aurora Boreal bailando en el cielo permanentemente azulado; y el 21 de enero, el primer día del año en el que se ve el sol, los habitantes de Tromsø se levantan para celebrar el principio del final del crudo invierno. En verano el sol y la latitud brindan la posibilidad de ver el sol de medianoche, presente desde el 21 de mayo hasta el 21 de julio. Desaparece la oscuridad y las noches de Tromsø se llenan de jóvenes universitarios en busca de diversión.

Tromsø, una pequeña ciudad cosmopolita con casitas y cabañas de colores que florece con el sol como las exuberantes primaveras de las tierras árticas. Una parada obligatoria para los que nos gustan los extremos.