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Ski en Antillanca

Noviembre 17, 2016



Llega el invierno y Antillanca renace. Cobijado por el hermoso cerro Aike, el centro de Ski se encuentra en plena actividad. Tradición que se ha mantenido desde al año 1942 cuando visionarios deportistas del Club Andino de Osorno se afincan en esta zona.

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Variadas fotografías de esa época son parte de la ornamentación del centro. En el hotel, en las zonas de arriendo de equipo, en el restaurante, en fin, en cada rincón del lugar están presentes reminiscencias de sus orígenes casi como en una manera de demostrar el orgullo que sienten quienes están ligados a Antillanca, a sus bosques colindantes y a la tranquilidad de toda la zona.

Hotel y Nieve
De cómo se fue transformando desde un pequeño refugio a un hermoso hotel es producto de varios factores, pero sobre todo a lo circundante y que desde todas las ventanas es ampliamente visible: sus pistas de nieve.

Seguras, con lomas redondas, sin avalanchas, sin barrancos, con 360º de descensos desde la cima del Aike y con la gran posibilidad de salir desde el hotel esquiando directamente. La suma de estos factores lo transforma casi en un secreto regional.

El centro, construido de madera y piedra, ofrece a los visitantes habitaciones cómodas y sencillas con impecables vistas al bosque. La orientación está dirigida a la familia, por lo que cuenta con espacios diversos como salones de televisión, un pub (diseñado muy originalmente con antiguas sillas de andarivel), una disco, dos restaurantes, una piscina temperada y un sauna, como parte de la amplia oferta “indoor” de la vida de Antillanca.

Sin embargo, lo más significativo es un valor intangible y que es notorio desde la llegada al centro: la hospitalidad de las personas que trabajan acá.  Sencillos, sabedores de su quehacer y polivalentes (todos hacen de todo, sin excepciones gerenciales ni nada por el estilo), pero por sobre todo amantes de la naturaleza siempre presente y de deslizarse por las laderas nevadas.

El Aike y La Pisa Nieves
Suena como un nombre en mapudungún, pero no lo es. El cerro Aike, propietario de una envidiable superficie de esquí en 360º y sin piedras u otros obstáculos, fue bautizado debido a una anécdota que Manolo Castro, el hispano jefe de pistas, se encarga de dilucidar. En los años en que no habían andariveles que acercaran a los deportistas a la cima y el tesón por esquiar provocaba largas caminatas sobre la nieve hacia la cúspide, los que se quedaba mirando abajo decían: “ Hay que ser hueón”. Aike.

Actualmente no “hay que” con la telesillas y los cuatro andariveles que llevan a los esquiadores a las 16 pistas que cubren una superficie esquiable que alcanzan a los 25 kilómetros.

Pero ver y no tocar, no es válido. Había que experimentar el imán blanco pero de una manera poco tradicional. Rodrigo Ebbinghaus, gerente de Antillanca, nos invita a recorrer las pistas en una Pisa Nieve, especie de tanque todo terreno que con una pala mecánica y otros elementos, empareja las canchas.

Sin poder disimular la emoción nos subimos a la máquina la que rápidamente asciende por las colinas como si fuera una cosa muy fácil. El día está nublado, no hay muchos esquiadores (cerca de 500 personas llegan por cada fin de semana), Rodrigo maneja como si fuera cosa de todos los días… y de hecho lo es, ya que es el encargado de esta tarea y uno de sus placeres.

Nieve y gente que cae veloz por los costados, mientras nos internamos en la montaña quedando bastante abajo los mil metros de altitud en que  está enclavado el hotel.

Luego de unas cuantas emparejadas de la pista Don Pedro, nos vamos hacia la cima del Aike desde el cuál es posible divisar cinco volcanes y tres lagos. El día esta completamente cubierto, aún así es posible ver el lago Puyehue, disfrutar del gélido viento y de la alucinante perspectiva de irse cerro abajo si uno tiene la técnica adecuada para enfrentar el reto de pistas de mayor pericia.

Sueños de Niños
En la bajada, mucho más empinada de lo pensado a bordo de la Pisa Nieves, se observa un grupo de niños provistos de esquís. Pertenecen a la escuela de Ski de Antillanca, una escuela sui generis y que está marcando un hito sumamente importante: la apertura de la nieve para todos.

Provenientes de la escuela de Entre Lagos, esta es la cuarta temporada en que silenciosamente Antillanca ha abierto las puertas a estudiantes de menos recursos para que hagan suya la nieve. Según sus organizadores, lo social y deportivo es la finalidad, dentro de lo primero está el poder entregar y democratizar la nieve no solamente para quienes tienen el dinero para visitarla. En el segundo ítem, las metas son más ambiciosas ya que el proyecto tiene a un grupo seleccionado de niños esquiando todos los días buscando que alguno de ellos se convierta en campeón nacional el próximo año. Apoyos han obtenido de la municipalidad y de Chile Deportes, además que el año pasado seis pequeños se fueron a Granada, España, como parte de un intercambio con la escuela de Ski europea que tiene una estrecha relación con Antillanca.

Seguimos bajando y pasan raudos, esquiando como si fuera pan comido, deslizando sus sueños en un manto blanco, demostrando que el idealismo, la montaña y el deporte no son necesariamente para los que puedan pagarlos, si no para quienes quieran tomarlos. Una marca registrada que le da identidad a Antillanca.

Datos Útiles
• Ubicación: En el Parque Nacional Puyehue provincia de Osorno, X Región de Los Lagos. A 980 Kms, de Santiago (pavimentada). Acceso por Ruta Internacional 215 Puyehue, ( pavimentada) de Osorno a Bariloche (Argentina), a 98 Kms del aeropuerto de Osorno.