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Ruta : A Mejillones y playa Hornitos

Diciembre 26, 2014



Mejillones Chile

Perfecto como paseo por el día, saliendo desde Antofagasta (184 km, ida y vuelta), este viaje se realiza por camino pavimentado y permite conocer dos atractivos destinos muy próximos a Antofagasta.

Saliendo de la ciudad por la costanera y rumbo al norte, se avanza por la vía que indica dirección a Mejillones. Tras recorrer 25 km, se llega a un interesante lugar: el punto exacto donde pasa el Trópico de Capricornio. Se encuentra señalado por un hito de 13 m de alto, inaugurado en el año 2000 y, al bajar del vehículo, en él se puede leer información sobre la altitud geográfica y otros datos sobre las estaciones del año, los equinoccios y los solsticios.

Continuando el camino, a un costado de la ruta se verán las instalaciones del aeropuerto y la base aérea Cerro Moreno. Es importante recordar esto, porque al retornar del paseo, cuando la noche ya haya caído, en este tramo del trayecto se podrá apreciar un bello espectáculo, pues la pista de aterrizaje se ilumina con colores azules, teniendo como fondo, en el horizonte, el resplandor de la ciudad de Antofagasta, llena de luces.

En el kilómetro 44, hay un desvío que debe tomarse hacia la izquierda. En el kilómetro 61 se arriba a Mejillones, pequeña ciudad puerto con alrededor de 10.000 habitantes y cuya actividad económica principal se vincula con las industrias pesquera, eléctrica y de gas.

Mejillones se emplaza sobre la plataforma litoral, junto a la bahía protegida por la Punta de Angamos. En su pasado, fue el hogar de poco más de diez hombres que laboraban recolectando el guano de las covaderas para una empresa de Valparaíso.

Hasta antes de la Guerra del Pacífico, el puerto de Mejillones estaba en territorio boliviano, pero tras el triunfo chileno, en aquella extensa contienda del siglo XIX, la localidad costera fue incorporada a Chile.

La actividad portuaria de Mejillones acabó cuando se declaró el traslado del edificio de la Oficina Administrativa a Antofagasta (actual ex Aduana). Luego, en 1904, la empresa The Antofagasta Railway Co. solicitó permiso para construir un ramal y una maestranza en Mejillones. En 1906, se trazaron los planos que dieron forma a la ciudad con 139 manzanas y, posteriormente, se edificaron muelles y edificios administrativos, en tanto la maestranza se dedicó a construir carros y locomotoras, además de maquinaria para la actividad de empresas mineras nacionales y extranjeras. Esta instalación, que dejó de operar en 1980, fue considerada en algún momento la más grande de América del Sur y la segunda de mayor envergadura en el contexto de la costa del Pacífico, después de la ubicada en California, Estados Unidos.En los últimos años se ha retomado la actividad portuaria de Mejillones ante las favorables condiciones de su bahía y la cercanía de activos yacimientos mineros, constituyendo uno de los puertos más importantes de América del Sur, con salida a corredores que comunican con importantes zonas de producción al otro lado de los Andes.

En la ciudad de Mejillones

Al llegar a Mejillones y avanzar hasta la Avenida Latorre, se vira a la derecha para llegar a la iglesia Corazón de María, sobresaliente templo de tres naves y una torre construido completamente en pino oregón entre los años 1906 y 1908.

Continuando por Latorre hacia el poniente, el paisaje urbano ofrece hermosas construcciones antiguas y, en la zona de la maestranza, hay una bella locomotora inglesa reacondicionada en1926.

La esquina con la calle Francisco Antonio Pinto destaca por el edificio de la ex Tenencia de la Aduana, actual recinto de la Municipalidad de Mejillones. Doblando a la derecha para seguir por la calle Pinto, y al llegar la avenida San Martín, está la llamativa construcción de la ex Aduana. Data de 1906 y en sus corredores con forma de U es posible apreciar bellos tallados en tapacanes. Actualmente, alberga al Museo Histórico y Natural de Mejillones, espacio donde se exhiben piezas pertenecientes a las comunidades de changos que habitaron el litoral norteño en tiempos precolombinos. También hay un salón dedicado a objetos usados en tiempos del apogeo del salitre y otro donde se muestran reliquias de la Guerra del Pacífico. El museo, además, presenta antiguas fotografías y los restos de un galeón español hallado en la bahía. El recinto abre sus puertas de lunes a viernes, de 10:00 a 20:00 h, y la entrada para adultos tiene un valor de $300; los niños no pagan.

El paseo puede continuar yendo hacia la playa de Mejillones; junto a ella se observa el edificio de la Capitanía de Puerto, una imponente construcción que también data de principios del siglo XX, específicamente, de1906. Sobresale por su estilo francés y un macizo torreón con faro.

La ida a la playa de Mejillones puede completarse con una visita al muelle y una caminata por el Paseo Costero; aquí se disfruta de bellas panorámicas.

Retomando el viaje en auto, se elige el camino al poniente de la ciudad y, tras recorrer 15 km, se llega a Punta Angamos, cuyas aguas son famosas porque allí ocurrió el combate de la Guerra del Pacífico que lleva el mismo nombre y determinó la captura del buque peruano Huáscar, el 8 de octubre de 1879.Punta Angamos es, hoy, el hábitat de centenares de lobos marinos, constituyendo una de las mayores loberías del país.

Después de apreciar este sorprendente espectáculo natural y siguiendo el camino costero que va al oriente, se avanza por el barrio industrial y, luego de 3 km, se arriba a la playa Dos Quebradas. Por último, para iniciar el viaje rumbo a la playa de Hornitos, se debe salir de Mejillones por la calle Andalicán y tomar el camino al cementerio que pasa por el centro portuario. Avanzando por este trayecto, vale la pena observar las modernas instalaciones que identifican la zona.

Hacia Tocopilla

Tras viajar 11 km, se empalma con la carretera que lleva a Tocopilla y, al tomar rumbo norte, la vía se acerca a la costa. En el kilómetro 91 hay que doblar hacia la izquierda y avanzar hasta arribar a la playa de Hornitos, un balneario rodeado por casas de veraneo y acantilados.

Sus tranquilas y cálidas aguas hacen de ésta una de las mejores playas del norte de Chile. Es un lugar muy rústico, con áreas para picnic y camping.