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LAS ESTRELLAS VIVEN EN LA IV REGIÓN

Septiembre 19, 2016



En la región de Coquimbo están decididos a manifestar el enorme potencial que tiene sus alabados cielos que durante las noches hacen de las estrellas objetos de estudio y devoción.
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Son tres observatorios internacionales que se han instalado en los valles interiores de la geografía local para estudiar los cielos con poderosos telescopios que han orientado los estudios científicos en el área durante las últimas décadas. Afortunadamente la posibilidad de observar más de cerca nuestro vasto universo no es sólo potestad de los astrónomos, dicho conocimiento se ha abierto de manera vertiginosa a la comunidad.

En la actualidad hay 6 observatorios especialmente preparados para recibir turistas con una serie de facilidades y ubicados en las cercanías de los poblados de Vicuña, Andacollo, Combarbala y Cochiguaz principalmente.

De Galileo a Collowara
No es nueva la afición de mirar las estrellas. Desde siempre ha ejercido una especial llamada la luz de las estrellas, las fases de la luna y otros fenómenos que ocurren durante la noche. El 2009, precisamente, se conmemoran 4 siglos desde que Galileo Galilei apuntó su telescopio, inventado por el mismo, a los cielos, comenzando una revolución científica en cuanto a los conocimientos que se tenían, hasta ese momento, del espacio exterior.

En pleno siglo XXI el enigma del cosmos sigue siendo una constante búsqueda de respuestas.  Muchas de ellas, para los curiosos turistas que arriban a la IV región, tienen su respuesta en la visita a los diversos centros astronómicos acondicionados para público general en dónde se realizan charlas temáticas informativas y la observación del cielo a través de una serie de telescopios que acercan el brillo de las estrellas al ojo humano.

Collowara, Pangue, Mamalluca, Cancana, Cruz del Sur y Mayu, son los seis ojos que están abriéndole la mente a los terrestres respecto de los misterios remotos y poderosos del baile eterno de los astros.

Viajando por el Firmamento
Los valles montañas precordilleranas se han convertido en los aliados primordiales de los observatorios, al poder uso de las alturas para acercarse un poco más a los cielos

Es posible acercarse a dichos sitios y asistir por cuenta propia. La opción cómoda y con mayores facilidades para sólo disfrutar de las estrellas (sin preocuparse de mucho más) es tomar algún tour. La mayoría sale desde La Serena y ofrece a un guía que va explicando lo mejor de la ruta. Una vez llegado a alguno de los observatorios, se inicia un recorrido que contempla charlas y observaciones guiadas. La noche se hace inmensa y el tiempo corto, así que es requisito del paseo ir atento a cada indicación.

A continuación les presentamos cuatro de ellos con sus características y distancias. Así podrá comparar con que lugar o lugares quedarse, tal vez para hacer una ruta nocturna y observar profundamente el firmamento que desconocemos. Además hay posibilidades de prolongar el viaje con cabalgatas y trekking por la noche de los valles del norte chico.

Cruz del Sur: Se ubica a 3,5 kms. de Combarbalá, su nombre lo debe a que cuenta con 4 cúpulas de observación que asimilan a la figura de la constelación de la Cruz del Sur. Al centro de las cuatro cúpulas de observación que forman los extremos de la Cruz del Sur, aparecerá una sala multiuso con bóveda esférica destinada a conferencias, cine y seminarios. A futuro, se planea un Planetario de alta tecnología con una capacidad de 80 personas. Al exterior de la sala central encuentra una especie de foro griego para eventos musicales y observaciones al aire libre.

Mamalluca: Ubicado a  1.100 metros sobre el nivel del mar es el más conocido de los observatorios turísticos y educativos de la región. Al noreste de Vicuña, Mamalluca (del quechua Wama o Wamakk: “cosa extraña, fuera de lo acostumbrado” y lluchka “borroso, como una moneda gastada”) comenzó sus funciones astronómicas en 1995 como un visionario proyecto escolar que tomó forma en 1988, con aporte de privados y del Cerro Tololo. Acá hay un edificio de tres niveles y el telescopio principal de 12 pulgadas Smith-Cassegrain. En las afueras pequeños telescopios apuntados en distintas direcciones complementan la oferta.

Pangue: Se ubica en un cerro del interior del Valle de Elqui a 1.500 metros de altura. Las únicas presencias en el sector son los observatorios Gemini, SOAR y Tololo, el resto es sólo la naturaleza desértica. Lo que destaca sobre cualquier otra cosa es la calidad del cielo local, resultante de la ausencia de contaminación lumínica y la climatología local favorable. Factor aparte es que posee el telescopio más potente de todos los centros astronómicos turísticos de la región. Se encuentra ubicado a 18 kms. de Vicuña y a 80 kms. de La Serena.

Collowara: Del aymara qullo (cerro) y wara (estrella), este obsrvatorio se ubica sobre los 1300 metros de altura en el cerro El Churqui, 57 kms. al sureste de Andacollo. El centro astronómico fue inaugurado el año 2004 y cuenta con instrumentos de primer nivel para la observación turística. Además, el centro posee tres terrazas de observación directa hacia el este, desde donde se pueden apreciar a simple vista los impresionantes observatorios

Tololo y Géminis: Hay una sala de proyecciones donde guías especializados ofrecen una charla descriptiva sobre el universo y sus maravillas. Cafetería, servicios higiénicos y acceso a discapacitados dan cuenta de un esfuerzo por satisfacer todas las necesidades de los visitantes.