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Descubre Humberstone

Octubre 10, 2016



La producción del salitre se inició en Chile cerca del año 1810 y rápidamente su exportación se convirtió en uno de los principales ingresos de nuestro país debido a sus excelentes propiedades como fertilizante y como abono para la agricultura, llegando a constituir el 51% del total de los ingresos por impuestos para nuestro país. Fue así como el norte de Chile se llenó de inversionistas extranjeros, principalmente europeos, quienes fundaron oficinas, las cuales se convirtieron en importantes polos de desarrollo económico, social y político.

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Un Poco de Historia
La ex oficina de Humberstone, ubicada en el desvío a Iquique, a 47 kilómetros de esta ciudad, fue construida en 1872 por la Peruvian Nitrate Company, llamándose originalmente La Palma. La Gran Depresión ocasionó la paralización de las faenas del establecimiento, las que se reanudaron por 1933, una vez que la Oficina pasó a ser propiedad de la Compañía Salitrera de Tarapacá y Antofagasta.

Al ser reabierta fue bautizada como Oficina Santiago Humberstone, en honor del Ingeniero Químico inglés que adaptara a la industria del nitrato el sistema de elaboración llamado Schanks. A fines de 1930 se construyó un nuevo recinto poblacional, el único del área que sobrevive, y al poco tiempo se transformó en una de las principales de la región, siendo la más grande de Tarapacá. Se levantó en tabiquería de madera listoneada ; fue estucado en anhidrita y aislado con escórea.

El esplendor del salitre permitía entonces la existencia de una pequeña ciudad dorada, con una población de casi 3.700 habitantes que disfrutaban -proporcionalmente a su estatus social-, de comodidades y lujos incluso ajenos al resto del país.

La administración Inglesa de la Oficina Salitrera vino a marcar un hito dentro de lo que significó el trato dado hacia las personas que trabajaban en ella. De hecho, la empresa al contratar un nuevo empleado, no importando el nivel de éste, se preocupaba de vestirlo con un elegante traje negro, que incorporaba una fina camisa, corbata, zapatos de charol, sombrero y un reloj de plata, tenida que debía ser usada todas las noches a la hora de la cena, la cual era presidida por el administrador. Por el contrario, cuando la Oficina salitrera se llamaba La Palma, los salarios no eran cancelados en dinero, sino que se utilizaban “fichas”, las que sólo tenían valor dentro del área, obligando a los trabajadores a pagar abusivos precios por los artículos de necesidad básica. Esto derivó en la aparición de las primeras luchas sociales, causantes de las matanzas de las oficinas Ramírez y La Coruña, además de la matanza de la Escuela Santa María de Iquique donde mueren acribillados más de dos mil personas entre hombres, mujeres y niños.

 La Oficina, junto con las otras del llamado Grupo Nebraska, donde se incluyen Santa Laura, Nebraska, Peña Chica y Keryma, fue subastada en 1962, adjudicándose su propiedad un particular.

Humberstone no sólo era un lugar de trabajo y explotación de Salitre, que era transformado en Nitrato de Sodio, sino que fue un verdadero oasis de riqueza, adornado de elegantes y amplias construcciones que poco podían envidiar a los edificios de las grandes ciudades de la época. Por sus amplios salones y teatro desfilaron grandes personalidades y artistas de fama mundial, así como también las más importantes compañías de teatro del mundo.

Hoy en día en este campamento el visitante se puede hacer una buena idea de cómo fueron estas oficinas en su etapa de apogeo y de la vida que se llevaba en la pampa, ya que todavía mantiene su trazado en torno a la plaza, donde los únicos árboles que quedan son los tamarugos, además de su teatro con butacas, su pulpería, su administración y su piscina con sombreadero de caña y un estanque de planchas de acero remachadas.

Humberstone es hoy un testimonio invaluable de la historia del salitre desde el punto de vista urbano, y un lugar de recuerdos, nostalgias y porqué no, un dejo de mágica antigüedad, donde se esconden vivencias, ilusiones y sueños de nuestros antepasados…

Museo Abierto
El 17 de enero de 2002, Humberstone, junto a la oficina salitrera Santa Laura, fue adjudicada por la Corporación del Museo del Salitre, entidad que pretende instituir en ambos lugares un museo abierto destinado al recuerdo y preservación de los vestigios de nuestro pasado salitrero.

El proyecto incluyó, además, la restauración de las oficinas para que se conviertan en testimonios casi vivientes de la época en que el salitre traía grandes beneficios económicos al país.

Humberstone y Santa Laura fueron declaradas Monumento Nacional en el año 1970 y con el paso del tiempo sufrieron un notable deterioro, por lo que este remate significó un futuro bastante mejor para estos campamentos, ya que sirvió como un empuje para la conservación de estas construcciones.

En noviembre del año 1997, la Corporación del Salitre pidió a la Unesco que otorgara a estas oficinas la categoría de Patrimonio de la Humanidad, lo mismo que se busca suceda con el puerto de Valparaíso.

Además, Humberstone fue usada como locación en la producción nacional “Pampa Ilusión”, lo cual obligó su intervención por parte de TVN, ayudando a que este deteriorado conjunto reviva y junto con ello, renazca la época en que el llamado “oro blanco” era el principal sustento de un país con mucha historia.

Humberstone Hoy
En medio de un mágico silencio, entre puertas crujientes que invocan la intimidad de los recuerdos y ese abandono doloroso que no perdona, la ex oficina salitrera de Humberstone aún resiste paso inexorable del tiempo. El viento de la pampa todavía esparce retazos nostálgicos sobre hazañas mineras por las calles del campamento que exige justicia a su pasado de gloria.

Hace apenas 60 años Humberstone bullía de actividad cotidiana bajo el sol inclemente y las soledades aplastantes de la pampa que hoy vigila los sobresaltos de su sueño eterno. Todas las calles polvorientas conducen a la inmensidad de esa pampa que -con nostálgico orgullo- aún enseña las cicatrices indelebles del caliche, la mohosa chimenea de la planta y la gigantesca torta de ripios que acopiaba los desechos del “oro blanco”.

Traspasando la barrera que existe frente a los estacionamientos de vehículos y que constituye la entrada principal, se ingresa a la Oficina por la calle Manuel Baquedano, llamada así en honor del General en Jefe del Ejército chileno vencedor de la Guerra del Pacífico.

Lo primero que salta a la vista al ingresar a la ex salitrera es una antigua carreta, la que en su tiempo fue usada para el transporte del caliche; también se ven los restos de un carro de pasajeros del ferrocarril salitrero, el cual está restaurado a medias. Junto con ello es posible apreciar el centro social, comercial y público de la oficina, con la capilla, restaurada en 1990, el centro comercial con su hermosa arquería blanca, el magnífico teatro construido en madera, el hotel, la gran piscina con graderías y la plaza.

Muy interesante es la Casa de Administración del establecimiento, construida en 1883. Este inmueble es característico de las salitreras inglesas y sólo quedan en pie dos de su tipo: éste y el de la Oficina Iris. A la entrada de Humberstone se encuentra el sector residencial de los obreros y empleados, el cual, pese a no encontrarse en un estado ideal de conservación, representa un excelente ejemplo del campamento pampino.

Estas edificaciones están complementadas por la enorme torta de ripio de la oficina, la cual evoca la gran riqueza que produjo algún día el trabajo de sus esforzados y nobles habitantes.

Como entrada para acceder al lugar no se cobra un valor fijo, sino una donación voluntaria: $1.000 ó US$2 es la cantidad más frecuente que aportan los visitantes. El pago se hace en el mismo puesto situado junto a la barrera de entrada, donde también se ofrece un interesante folleto ($1.000) de los historiadores Ernesto Zepeda y Senén Durán, que cuenta detalles del lugar y la distribución de los distintos sectores de la planta salitrera.

Si alguien desea hacer una visita programada, en el centro y los principales hoteles iquiqueños ofrecen un tour por $13.000 aproximadamente que considera las salitreras (Humberstone y su vecina, Santa Laura), los geoglifos de Pintado y el oasis de Pica. Toda una aventura para ver presente y pasado de la pampa.